7/2/2020 | Analía Llorente (BBC Mundo)
Imaginemos que en unas recientes vacaciones una azafata muy amable te asistió cuando te sentiste mal en un largo vuelo de avión.
Todos entenderíamos de qué se trata esta escena.
Pero si usáramos una máquina del tiempo y viajáramos al siglo XVII, por ejemplo, un hispanohablante podría imaginarse algo muy diferente y casi con seguridad no entendería nada.
No hablamos solo del hecho que en esa época no existía la industria aerocomercial, sino de que «avión« significaba «pájaro conocido» y que «azafata« era la asistente que «guardaba las alhajas y vestidos de la reina».
Y esto sucede porque las palabras pueden cambiar de significado o sumar nuevos con el paso del tiempo.
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