11/7/2020 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Cuando conocemos a alguien que está aprendiendo español, solemos compadecernos de él. ¡Ay, los verbos! Y no nos falta razón. La conjugación verbal de nuestra lengua es compleja y cuesta dominarla con maestría; incluso a los que la hablamos como lengua materna. Ni siquiera es fácil para las formas del verbo que no se conjugan, las llamadas formas no personales del verbo (el infinitivo, el gerundio y el participio) que, aunque no se conjuguen, tienen también sus periquitos a la hora de usarlas correctamente.
Centrémonos en el infinitivo. Como nos describe la Nueva gramática de la lengua española, su marca formal es la terminación en -r precedida de la vocal correspondiente a cada conjugación (-ar, primera; -er, segunda; -ir, tercera). No cambia de persona, ni de tiempo, ni de modo, ni de aspecto, ni de número, pero eso no lo simplifica.
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