24/11/2016 | Diana Carolina Mejía (El Colombiano, Colombia)
Expresivo. Lento. Diverso. Mutable. Musical. Articulado. Por lo general apegado a las formas convencionales de gramática y sintaxis, pero no por ello desligado de variaciones creativas, de palabras y expresiones nuevas, de vulgarismos y localismos.
A grandes rasgos, y a riesgo de caer en las siempre odiosas generalizaciones, así es el español de los colombianos, del que se ha dicho, no en pocas oportunidades, que es el “mejor español del mundo”. Pero, ¿lo hablamos realmente?, ¿hay un mejor español que otro?, ¿qué particularidades tiene el nuestro?
Para el profesor, académico y escritor Pablo Montoya, que en Colombia se hable el mejor español del mundo tiene mucho de mito, bastante de polémica, pero también algo de verdad.
Mito
El mito nació tal vez a mediados del siglo XIX, con Rufino José Cuervo, los lingüistas y una clase política bogotana especialmente preocupada por refinarse, cultivarse y convertir la capital en la llamada Atenas de América, porque sabía que la cultura era el poder.
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