5/7/2024 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
El sufijo /-ero, -era/ tiene cuatro funciones que confluyen hacia la formación de palabras. La primera da origen a sustantivos que indican oficio, ocupación, profesión o cargo, tales como ingeniero (persona titulada en ingeniería), jornalero (quien trabaja por jornal, bracero), librero (quien vende libros), zapatero (persona que fabrica o vende zapatos), carpintero (quien trabaja carpintería), campanero (persona que tiene por oficio tocar la campana), jardinero (quien cuida y cultiva el jardín), billetero (quien vende billetes de lotería), algodonero (quien siembra algodón. (En cada caso, al menos gramaticalmente, el sustantivo acepta el femenino terminado en -era: ingeniera, zapatera, pero en la realidad, no todos estos oficios son ejercidos por mujeres.
La segunda utilidad de este sufijo es que también ayuda a crear derivados que designan cosas o utensilios.
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