10/1/2025 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
Los antropónimos (Nombre propio de personas) y los apellidos (Nombre de familia con que se distinguen las personas de diferentes familias) tienen orígenes comunes. Unos apellidos derivan de nombres: Fernández, de Fernando; Álvarez, de Álvaro; Sánchez, de Sancho.
En cambio, otros apellidos se han originado usando palabras que fungen como nombres de pila: Francisco, Mauricio, Leonardo, Ramón.
Algunos apellidos guardan relación fonética y grafica con nombres propios, y su morfología aparenta derivación.
En ese grupo entran los apellidos terminados en /in/ acentuada. Esa terminación se emplea en español para formar diminutivos y despectivos a partir de adjetivos y nombres. Ejemplos: pequeñín, cebollín, cornetín.
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