18/7/2025 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
No es casualidad que el punto y coma esté compuesto precisamente por un punto superpuesto a una coma. Su naturaleza participa un poco de cada uno de estos signos ortográficos.
Esa personalidad dual lo convierte en mi signo de puntuación favorito.
La semana pasada Noelia Ramírez escribía en el diario español El País que quizás ha llegado el momento de «volver al signo que ya nadie quiere escribir», en alusión al punto y coma, al que considera el signo de puntuación «más aristócrata de todos»; uno que sirve, según ella, para poco más que para demostrar que se ha accedido a una educación superior.
Después de reconsiderarlo, reclama su uso como forma de probar que los textos que escribimos no siguen el dictado de la inteligencia artificial, como último recurso «para probarnos como humanos».
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