Dice un anuncio difundido por la Iglesia española durante estos días para favorecer sus ingresos a través de la declaración de impuestos: “No puedes ser de dos equipos rivales. Pero en tu declaración de la renta sí puedes marcar las dos equis. La Iglesia y la de fines sociales”.
He aquí una muestra más de que el lenguaje incluye silencios que obligan a extraer deducciones.
Cuando alguien nos dice “Ambrosio vendrá luego, retira el retrato del Che Guevara”, nos previene ante un conflicto; pero eso no se expresa con lo que se dice, sino con lo que no se dice… y el interlocutor entiende (gracias a un contexto compartido).
Estas deducciones se llaman en lingüística “implicaturas”. Si cuento que “ayer estaba en casa, se abrió la ventana y cayó el jarrón”, de tan sencillo enunciado se inferirán varios hechos que yo no he explicitado: el viento fuerte provocó que la ventana cediese y que, al hacerlo, su hoja golpeara el jarrón, que se rompió; todo lo cual fue visto por mí porque estaba allí. De ese modo, el mensaje completo cobra sentido gracias a unos pocos vocablos relevantes.
Leer más en www.elpais.com.