3/10/2017 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
Los vocablos provincia, municipio y ciudad guardan entre sí una ligera semejanza semántica, pero sus diferencias son muy superiores a sus afinidades, conforme lo consignan los códigos de nuestra lengua e incluso disposiciones legales.
Sin embargo, los medios de comunicación abundan en ejemplos reveladores de uso inadecuado de estos términos. Un caso frecuente consiste en incluir los municipios como parte de “ciudades”. Ejemplo: Canadiense muerto en Villa Hermosa, municipio de esta ciudad… (La Romana). Si Villa Hermosa es un municipio, como afirma el redactor, no puede pertenecer a la “ciudad” de La Romana, sino a una provincia que lleva el mismo nombre.
Peor es el siguiente ejemplo: Monseñor Nouel- “El Tribunal Colegiado de esta ciudad dictó una sentencia de 15 años…”. ¿Es Monseñor Nouel una ciudad? No, es una provincia, cuya ciudad cabecera es Bonao. Es obvio que la noticia debió fecharse en Bonao.
Es muy frecuente, entre periodistas y políticos, el error de considerar a la cabecera de provincia como la provincia en sí y así se escribe que un municipio pertenece a otro, como que Gaspar Hernández pertenece a Moca (y no a Espaillat) o que San Rafael del Yuma pertenece a Higüey (y no a La Altagracia).
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