24/11/2017 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Halando del hilo poco a poco nos hemos familiarizado con los gentilicios y sus curiosidades. La realidad humana de nuestra tierra, hospitalaria donde las haya, nos brinda la oportunidad de practicar con todas las combinaciones imaginables. Cuando de gentilicios compuestos se trata, en la República Dominicana podemos permitirnos la creatividad.
Además de a los gentilicios unidos por un guion, como los que nos entretuvieron la semana pasada, podemos recurrir a los compuestos univerbales, es decir, a aquellos cuyos componentes se fusionan hasta el punto de mantener solo una sílaba tónica: italodominicano o dominicoalemán, por ejemplo, se forman a partir de dos adjetivos yuxtapuestos (que no se refiere a otra cosa sino a que están unidos sin necesidad de ninguna partícula). El primer adjetivo del compuesto llega a perder su terminación y a adoptar una -o para facilitar la unión. Existen casos en los que la -o se añade sin necesidad de reducción del primer componente: catalanodominicano.
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