20/11/2018 |Flavio Crescenzi (Las Nueve Musas)
- La Ortografía de 1999, un insoslayable antecedente
El uso apropiado del léxico, el respeto por las reglas ortográficas y el conocimiento cabal de las reglas gramaticales son algunos de los valores que, a lo largo de los años, la Real Academia Española ha procurado transmitir a los hablantes de lengua castellana. Es por eso por lo que, de un tiempo a esta parte, la institución ha venido concentrando sus esfuerzos en tres publicaciones por demás representativas: el Diccionario, la Ortografía y la Gramática. La sola existencia de este clásico corpus normativo supone la aceptación de un muy trabajado y consensuado marco regulatorio que, sin embargo, no podrá ser nunca inamovible; de ahí que las obras aludidas deban actualizarse cada tanto, aunque, como es lógico, algunas precisen hacerlo con más frecuencia que las otras.[1]
En lo concerniente a nuestro tema, podemos decir que, desde la aparición de la primera Ortografía académica en 1741, se han publicado más de quince ediciones de la obra, aparte de manuales y compendios pensados para el uso exclusivo del estudiante.[2] Como es sabido, en las sucesivas ediciones se fueron simplificando o adaptando muchas de las reglas originales, siempre en aras de conseguir la tan deseada unidad idiomática,[3] unidad que recién se lograría en 1999 con la Ortografía de la lengua española, la primera en recibir el consentimiento de todos los países integrantes de la ASALE y la primera en ser presentada en América antes que en España.
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