15/09/2016 | Rita Díaz Blanco (Academia Dominicana de la Lengua, República Dominicana)
La confección de un diccionario supone para una cultura un avance significativo y trascendental, pues se convierte en una herramienta de doble provecho: como representación folklórica, reflejo de un acuerdo social sobre el uso de la lengua, y como fuente de información, de provecho didáctico-pedagógico. Ello se convierte en reflejo neto de la lengua y la cultura en un espacio y tiempos definidos recurrentemente fundamentales para las necesidades comunicativas de sus hablantes, lo cual posibilita una continua reflexión sobre el idioma, sus peculiaridades, sus fortalezas y debilidades.
Para la República Dominicana constituye un logro enorme el caudal de frases compiladas y definidas en esta obra, el Diccionario fraseológico del español dominicano (Difrado), obra publicada por la Academia Dominicana de Lengua (ADL), bajo la autoría de Bruno Rosario Candelier, Irene Pérez Guerra y Roberto Guzmán. Este registro cultural posee la recopilación de un amplio número de frases, adagios, giros y locuciones con cuyos rastros idiomáticos se ponen de manifiesto no solo las variantes de un español caribeño, sino las creencias populares, los estilos de vida y la diversidad cultural de sus hablantes. El Difrado contempla aquellas expresiones que con sus variantes nos permiten conocer cercanamente cómo piensan, viven y hablan los dominicanos a través del tiempo.
La descripción de los modismos de esta obra es fruto de la exploración literaria en textos de carácter diverso: narrativa, ensayo, poesía, así como de la tradición oral y las publicaciones de la prensa nacional, organizados de acuerdo a los lineamientos que rige la investigación de un trabajo de esta naturaleza.
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