20/10/2023 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Dice un refrán español «no hay don sin din»; y otro refrán apostilla «don sin din, campana sin badajo». En los dos refranes tenemos como protagonista a la fórmula de tratamiento don, de la que estamos aprendiendo estas semanas; y ambos aluden a que los títulos de calidad pierden su valor cuando no hay dinero –de ahí el din– que los respalde. Está muda la campana sin su badajo, esa pieza metálica que cuelga en su interior y con la que se la golpea para que suene. De ahí que el refrán la compare con el don en cuyo bolsillo no resuena el din. Pura y dura sabiduría popular.
Sabiduría refranesca aparte, conviene tener presente, como bien nos recuerda el Diccionario de la lengua española, que en el español actual ha perdido ese matiz de uso antiguo que lo reservaba exclusivamente para referirse a personas a las que se atribuía un rango social alto.
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