30/5/2018 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Nunca dejamos de aprender palabras. Cada nueva palabra amplía nuestros horizontes y nos enriquece, pero ¿cuándo podemos decir que hemos aprendido, realmente aprendido, una nueva palabra? ¿Cuándo podemos decir que la hemos incorporado a nuestro vocabulario personal? Repasemos el camino que debemos recorrer con las palabras para poder hacerlas nuestras.
Conocer bien su significado y su ortografía, con el auxilio de los diccionarios, es solo el primer paso de ese recorrido. También nos puede ayudar el diccionario a conocer las partes que las forman, la raíz de la que parten y sus posibles derivados. Así una palabra nos lleva a otra y va tejiendo para nosotros la red de su familia léxica. Como en la vida misma, nuestro entorno ayuda a definirnos.
Las palabras no están solas y no están quietas. Las palabras empiezan a funcionar cuando se combinan con otras palabras; por eso para saber utilizarlas, tenemos que saber dominar las normas que regulan estas combinaciones, eso que llamamos sintaxis.
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