24/6/2023 | José Rafael Lantigua (Diario Libre, República Dominicana)
Desde que tuve conciencia, a tempranísima edad, de que la lectura, más que la escritura, era una vocación que comenzaba a activarse en mi vida, comenzó a desarrollarse en mí una extraña devoción por los diccionarios.
Probablemente, fue un producto de la casualidad o, tal vez, me resulta imposible precisarlo, se accionó como juego de abalorios -recuerdo la última novela de Hermann Hesse-, como si intentásemos ensartar piezas tras piezas hasta convertir aquel entramado en un rosario de la aurora, o si en vez de piezas fueran materias, dudas y escamoteos a la memoria, para unir conocimientos distintos, como un enjambre de universalidad tras las acepciones de palabras enriquecedoras.
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