29/11/2024 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Siguiendo la deriva de las palabras de nuestra lengua a las que se les atribuye un posible origen africano, hemos llegado a playas dominicanas.
Pocas cosas sabemos de estas voces, pero si algo tenemos claro es que para nosotros siguen siendo un misterio. Y, como todos los misterios, siguen estando impregnadas de atractivo y fascinación.
Si hacemos caso a los estudios estadísticos sobre el uso del léxico, las utilizamos cada vez menos, y cada vez son más los que no las reconocen cuando las oyen o las leen.
Por eso hoy les propongo que dejemos de lado la falta de certezas filológicas sobre su origen y disfrutemos de un repaso por los sentidos que les atribuimos. Para ello, echemos mano de los diccionarios, especialmente de nuestro Diccionario del español dominicano.
Seguimos hoy recorriendo el camino con un pequeño gran macuto cargado de palabras a las que algunos estudiosos alguna vez han atribuido un origen africano. Y tienen ahí la preciosa y sonora macuto, con la que designamos un ´cesto, tejido de cabuya o palma, de forma cilíndrica y con asa en la boca´.
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