30/4/2021 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
La lengua tiene sus propios mecanismos para formar nuevas palabras. La derivación es uno de ellos. A una palabra le añadimos un afijo y conseguimos una nueva palabra con diferentes funciones gramaticales o con distintos matices de significado. Los afijos, como pequeñas piezas de un maravilloso rompecabezas, pueden ser de tres tipos dependiendo del lugar en el que se colocan en la nueva palabra. Cuando el afijo precede a la raíz de la palabra a la que modifica lo llamamos prefijo; lo llamamos sufijo, en cambio, si se pospone a esa raíz; y lo llamamos interfijo si se intercala entre la base léxica de la palabra y un sufijo. Si los analizan verán que todos estos términos que usamos para referirnos a los afijos se crean gracias a ellos: a-fijo, pre-fijo, su-fijo, inter-fijo.
Más en diariolibre.com