17/1/2017 |Jaime Rubio Hancock (El País, España)
Yo también fui tildista: defendía que solo (el adverbio que equivale a solamente) debía llevar tilde, al contrario que solo (adjetivo). No era el único, claro. Son muchos quienes aún insisten en que la Real Academia Española se equivocó en 2010 cuando eliminó la necesidad de acentuar ese adverbio. En su opinión, aquello no fue más que una concesión a quienes no conocían una norma que evitaba ambigüedades con una simple rayita.
En realidad, el criterio que hay detrás de esta defensa de la tilde de solo no es lingüístico, sino sobre todo nostálgico, como recuerdan Elena Álvarez Mellado y Álex Grijelmo. Es la tilde de “yo fui a EGB”. Es más, su uso nunca estuvo justificado.
Solo un error
“Esa tilde fue siempre un error, igual que la de los pronombres demostrativos”, asegura Elena Hernández responsable del departamento de Español al día de la RAE y coordinadora del área de consultas de la Real Academia Española, a quien visitamos este lunes 16 por la mañana.
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