26/5/2023 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Los préstamos de otras lenguas que han sabido adaptarse hacen gala de su capacidad camaleónica. El adjetivo camaleónico tiene su origen en el camaleón, ese bichejo asombroso que, además de la cola prensil, los ojos inquietos y la larguísima y veloz lengua, tiene la capacidad de cambiar de color para adaptarse a las condiciones del ambiente donde vive. De ahí que llamemos camaleón a esa persona (todos conocemos a una, o incluso a unas cuantas) que cambian de actitud según les sopla el aire y les conviene.
La semana pasada mencionamos cuatro ejemplos de camaleones léxicos que son capaces de asombrarnos por su capacidad de adaptación a las características gráficas y de pronunciación de nuestra lengua.
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