7/4/2017 | Roberto E. Guzmán (Academia Dominicana de la Lengua, República Dominicana)
FUI – FUICHE – FULINLLÁN
Muchos de los lectores dominicanos pueden identificar algunas o todas las palabras que constan en este título. Todas ellas se refieren a una parte del cuerpo. Una de esas que se suponía en tiempos idos ya que no se exponía a miradas ni a la luz del sol.
Esa parte del trasero de las personas recibe nombres diferentes en muchos de los países hispanohablantes. Esos nombres forman parte del español vernáculo. No sabe uno si llamar estas voces con el nombre de eufemismos, porque si bien es cierto que encubren el verdadero nombre, no es menos cierto también que no deben usarse en público.
Todas estas palabras tratan de encubrir el verdadero nombre de las posaderas, asentaderas, trasero y otras denominaciones que son tolerables en presencia de oídos castos.
Todos los vocablos del epígrafe se refieren al culo, al ano, a las nalgas. No se tiene idea alguna porqué todas comienzan son la letra efe /f/. El nombre fui fue muy usado en el pasado dominicano. Probablemente fue así por ser un monosílabo. Es posible que la primera letra de esos vocablos provenga de fundillo que es otro nombre para lo mismo.
Fuiche es una grosería en sí. Se la usa como exclamación para expresar sorpresa, insatisfacción o contrariedad, asco. Muchas personas que utilizan esta voz por lo eufónica que es, desconocen que en realidad se refiere a esa parte oscura del cuerpo.
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