17/11/2023 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
El cambio incesante de la lengua es condición indispensable para que siga viva. Crear nuevas palabras, combinar las que ya existen, adaptar su forma o su significado; cualquier solución es buena si se trata de seguir diciendo lo que queremos decir. Algunas creaciones entran por la puerta de la lengua oral y se asientan luego, con regusto coloquial, en la lengua escrita.
Por ejemplo, los hablantes creamos nuevas voces a partir de palabras que ya tenemos por el procedimiento de acortar alguna de sus sílabas: profe (por el acortamiento de profesor, del que se suprime la última sílaba); boli o foto (por la supresión de las dos últimas sílabas de bolígrafo y fotografía); incluso súper o quimio (una vez suprimidas las tres últimas sílabas de supermercado y quimioterapia).
Más en diariolibre.com