22/4/2022 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
La invitación de la cuenta de Twitter de la Real Academia Española a recordar algunas palabras cuyo origen está relacionado con nombres de lugares puede servirnos de excusa para viajar por lugares remotos. El origen geográfico de algunos productos permeó en sus denominaciones hasta componer una ruta de resonancias librescas y aventureras.
Los tejidos despliegan un entramado que huele a caravanas en el desierto, a bodegas de buques y a trenes legendarios; muy lejos de los industriales licra y rayón, el nombre de la cachemira, ese tejido de pelo de cabra y lana, nos transporta a la Cachemira del Himalaya; el del delicado encaje chantillí nos traslada a la Chantilly francesa; la denominación del damasco, tela de seda o lana de delicados dibujos, a Damasco, la ciudad del jazmín…
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