24/4/2019 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
La Eñe de la semana pasada trataba de la convención ortográfica, ya obligatoria, de considerar como diptongos las secuencias de vocales ai, au, ia, ua, ei, eu, ie, ue, oi, ou, io, uo, iu, ui, siempre que en ellas la vocal cerrada (/i/, /u/) fuera átona. Parece un galimatías, pero no es tan fiero el león como lo pintan: a efectos ortográficos solo afecta a un pequeño grupo de palabras en las que la aplicación de la tilde cambia radicalmente según se consideren bisílabas o monosílabas. Vayamos a la práctica.
Las formas del pasado del verbo criar según la nueva convención ortográfica son monosílabas, puesto que las secuencias -ie- e -io– se consideran diptongos: crie, crio. Se escriben entonces sin tilde precisamente por ser monosílabas; el cambio está en que, hasta 2010, podíamos escribirlas con tilde como bisílabas agudas terminadas en vocal *crié, *crió. En este caso están los sustantivos guion y truhan, de uso más común, a los que podemos añadir los más especializados ion, pion y prion, y el desusado ruan.
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