Cuando el año pasado Matteo, un niño italiano de 8 años, inventó la palabra petaloso para un trabajo de la escuela, no pensó que su ocurrencia iba a llegar tan lejos.
[…]Existen procesos para formar una nueva palabra, aunque muchas veces las inventamos sin darnos cuenta.
«Las palabras las vamos creando los hablantes de modo espontáneo, simplemente porque necesitamos expresar un concepto. Y si no tenemos la palabra, intentamos explicarlo o la inventamos», explica Javier Bezos, especialista en ortotipografía de la Fundación del Español Urgente (Fundéu).
Pero también hay palabras que se crean con premeditación, como ningunear que deriva de ninguno y significa no hacer caso o menospreciar a alguien. O la palabra mileurista que se utiliza en España para definir a una persona que gana 1.000 euros o menos, es decir que tiene un salario bajo.
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