1/8/2020 | Peio H. Riaño (El País, España)
|Autores como Vargas Llosa, Marías o Gimferrer siguen acentuando el adverbio, pese a que la Academia a la que pertenecen cambió la norma en 2010
Hace 10 años una revisión de la Ortografía de la lengua española abrió una herida en el seno de la Real Academia Española (RAE), que una década después no se ha cerrado. Su director, el jurista Santiago Muñoz Machado, reconocía en una entrevista que la Academia no estaba dividida por el rechazo al lenguaje inclusivo, pero sí por la tilde del adverbio “sólo” y de los pronombres demostrativos (como “éste”). “Ahí no tenemos consenso”, explicó a El País Semanal. Hace 10 años la recomendación fue aplicada de inmediato por medios de comunicación y editoriales en sus libros de estilo, mientras un grupo de académicos se negaba a comulgar con su propia norma, y así siguen.
“Fue innecesario”, explica Luis Mateo Díez, académico en la silla I. “La tilde es contundente. Lo de antes estaba mejor que lo de ahora. Seguiremos insistiendo. Sería el colmo que todos asumiéramos esa norma: es bueno que no estemos de acuerdo”, sostiene Díez, uno de la docena de académicos insumisos (de un total de 43), que resisten y ordenan a sus editoriales que mantengan la tilde en sus libros, a pesar del giro que dio en 2010 la institución.
Ese año, los lingüistas de la RAE —casi la mitad de los académicos de número— dieron un paso adelante, borraron el acento gráfico y sorprendieron a los autores.
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