22/5/2020 | Tobías Rodríguez Molina (Academia Dominicana de la Lengua)
Al escuchar a muchos de los usuarios del español, en lo que respecta a la variante del objeto indirecto de tercera persona gramatical (le-les), es decir, la que expresa el daño o provecho de lo expresado en el verbo, o en los verbos si es más de uno, captamos que no pronuncian o no emplean la variante “les”, la cual hace referencia al plural. Eso deja indicado que los que así lo hacen no tienen conciencia de ese fenómeno de la concordancia, que demanda usar “le” cuando el receptor del daño o provecho es singular y “les” cuando es plural.
Veamos algunos ejemplos del uso indicado por la norma cuando se trata del singular:
- A él y a nadie más le haré un regalo.
- A Lucrecia le dijeron que se veía muy elegante con ese traje.
- Esa mata de cajuil luce mejor después que le cortaron la rama seca.
- Después que le lavaron el pelo, ese perro se ve precioso.
Si pluralizamos los receptores, la variante “le” pasará a ser “les”. Veamos.
- A él, a Juan y a María les haré un regalo.
- A Lucrecia y a las demás muchachas les dijeron que se veían muy elegantes con ese traje.
- Esas matas de cajuil lucen mejor después que les cortaron las ramas secas.
- Después que les lavaron el pelo, esos perros se ven preciosos.
Es muy probable que una cantidad abundante de usuarios, quizás la mayoría, si reprodujeran en el habla, no leyendo, las oraciones 5, 6, 7 y 8, van a pronunciar “le” en vez de “les”.
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