22/5/2020 | Andrea Calamari (Fundéu Argentina)
Que si los usan los contagiados o los recuperados, que si los necesita el personal médico o todos los que salen de sus casas, que si son caseros o comprados, que si llegan de China o los donan empresas locales, que si los diseña y subasta Benito Fernández, que si llegó una máquina importada que produce 7000 por hora, que si la OMS los aconseja o desaconseja, que si son un complemento a las medidas de higiene o si tienen un efecto placebo, que si se los pusieron a las esculturas del Monumento a la Bandera, que si ayudan o no ayudan a reducir el contagio. Un día el tapabocas empezó a formar parte de la vida cotidiana, primero en el discurso, después en la práctica.
Ahora se venden sueltos, en packs y en lotes de mil unidades en Mercado Libre. Hay de plástico, de neoprene, de friselina, de algodón, de lona.
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