5/6/2020 | Fernanda Blasco (Fundéu Argentina)
Me piden de Fundéu Argentina que escriba un texto sobre una palabra, consigna que considero irresistible. Pero no cualquier palabra, debo elegirla de una lista de vocablos asociados a la pandemia. Mi mirada recorre la larga columna que me ofrecen y se detiene en un ítem. Cuando llego a esa palabra, el resto desaparece. Esa palabra me mira, provocadora. Siento que me elige para que escriba de ella. Covidiota.
Señoras y señores de Fundéu, ¿puedo reclamar los derechos para escribir sobre este neologismo? ¿Puedo asumirla como mi palabra preferida en la pandemia? ¿Puedo publicar un alegato a su favor?
Sé que nació en inglés (“covidiot”) y que a principios de abril la utilizó el New York Times. Parece que en España se volvió rápidamente popular y que en otras partes de Latinoamérica tiene competencia (“coronaburro”). Confieso que jamás la escuché o leí en la Argentina pero creo, sin dudas, que deberíamos adoptarla.
Desde que la conocí, no puedo dejar de pensar en la palabra covidiota. Me parece hermosa por donde se la mire. Es un sustantivo/adjetivo de claro significado que resulta de la fusión de dos términos muy utilizados. Su musicalidad es innegable: al pronunciarla mi lengua baila.
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