9/7/2021 | Real Academia Española (RAE)
La prensa deportiva, además de informar sobre la Copa América y la Eurocopa de fútbol, dedica estos días sus páginas a los avatares del Tour de Francia y a las gestas de los ciclistas que se enfundan el maillot amarillo (o el blanco, el verde, etc.). Precisamente este término es el protagonista de una nueva entrega de «La vida de las palabras». Recuerde que el Diccionario histórico de la lengua española ofrece esta información pormenorizada gracias a exhaustivos métodos en los que confluyen la lingüística, la filología y la informática.
La voz maillot, tomada del francés (lengua en la que se registra, en el siglo xvi, como nombre de una ‘pieza de tela que envuelve a los recién nacidos’), se atestigua por primera vez en la lengua española en 1878, con la acepción ‘traje de una sola pieza, elástico y ceñido, que cubre generalmente el tronco y las extremidades’, en un artículo de El Pabellón Nacional (Madrid), para describir el vestuario de un espectáculo teatral, pues es en este ámbito, junto con el circense, en el que se emplea con más frecuencia esta palabra para referirse a un traje que, por su apariencia, simulaba la práctica desnudez de los artistas y cuya elasticidad permitía que ejecutasen ejercicios y acrobacias en escena. Poco después se comienza a usar esta voz para designar un ‘traje de baño para mujer, que cubre generalmente el tronco y la parte superior de los muslos’, como vemos en este artículo (titulado «París. 2 de julio») de El Imparcial (Madrid): «La hora del baño es la más interesante del día. Los amateurs de la forma se sitúan convenientemente y armados de excelentes gemelos espían el paso de las bellezas en maillot, que van desfilando hacia el mar».
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