17/6/2023 | Alexis Grohmann (The Objective)
La lengua no se puede modificar por capricho, procurando forzarla a adecuarse a unos supuestos ajenos a ella, sobre los cuales ni siquiera hay ningún consenso
Como hablante no nativo del español, siempre me he esforzado por aspirar a un nivel de dominio del idioma afín al de un nativo. Vano intento, lo sé, pero fruto en realidad de la inseguridad del hablante extranjero, que siempre se tiene que aplicar, es decir, según la definición del DLE, ha de poner esmero, diligencia y cuidado en estudiar para intentar aproximarse a la naturalidad con la que hablan los nativos. Cuando empecé a aprender el español en la facultad, me comprometí a hacer todo lo posible por hablar y escribir este idioma extranjero lo mejor que pudiera, a sabiendas (en mi fuero interno, por lo menos) de que nunca lo podría hablar como si fuera mi lengua materna, pero también consciente de que el esfuerzo en sí valía la pena.
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