1/3/2024 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
Es incuestionable que con los nombres propios hay que observar las normas gramaticales de la lengua a la que correspondan. Como la nuestra es la lengua española, a esa hemos de circunscribirnos. Los siguientes nombres, incluidos en el repertorio hispánico, para que suenen como se desea deben escribirse así: Jesús, Martín, Álvaro, Úrsula, Ángela, Mario, Alejandro, Herminia, Josefina.
A unos (Jesús y Martín) se les ha marcado la tilde porque son palabras agudas terminadas en ese y ene; otros (Álvaro, Úrsula, Ángela) se tildan porque son voces esdrújulas. Las restantes (Mario, Alejandro, Herminia, Josefina) no llevan acento marcado de acuerdo con una regla: son palabras llanas terminadas en vocal.
Los apodos, sobrenombres, alias o motes, por cuanto identifican a personas, también obedecen a reglas ortográficas. Es así, a pesar del origen incierto de muchos apodos y del contenido ofensivo a la condición humana de otros.
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