12/7/2024 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Palo si boga y palo si no boga. Nunca les falta un roto para un descosido a las academias de la lengua española cuando de establecer normas ortográficas se trata. Si abogan por mantenerlas, les sale su crítica. Si abogan por simplificarlas, también.
El ejemplo más ilustrativo es la supresión de la tilde diacrítica en el adverbio solo y en los demostrativos cuando se usan en función de pronombres. Usar o no el acento ortográfico en estas palabras es una de las dudas ortográficas más frecuentes entre los que escribimos en español y, gracias a ello, ostenta la segunda posición en nuestra lista particular de escollos ortográficos.
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