12/12/2024 | Roberto E. Guzmán (Acento, República Dominicana)
En el habla cotidiana de los hablantes de español dominicano, estos prefieren la palabra tela para referirse al material del que están hechas las vestimentas comunes, pantalones, vestidos, camisas, blusas y el anticipado etcétera.
Las tres voces que constan en el título de este escrito proceden de lenguas extranjeras. Eso no es raro en las lenguas modernas; tampoco lo fue en el pasado de las lenguas. No es de extrañarse si cada vez se nota mayor propensión a que el español, así como otras lenguas, acepten términos que se han popularizado o creado en lenguas extrañas al español. La vida moderna fuerza a que una lengua en plena expansión como el español adquiera nuevas palabras.
A veces estas nuevas voces son admitidas porque existe una necesidad, un hueco que hay que colmar en la lengua de que se trate. En otras ocasiones son recibidas con beneplácito porque se relacionan con algún fenómeno nuevo o algún artículo recién inventado. El uso obliga a que se adapten las voces recibidas o, a que se tomen de manera directa, sin ajustarlas a los genes de la lengua española. Hay ejemplos más que extraños. Aquí se verá uno que llamará la atención.
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