17/10/2025 | Orlando Alba (Acento, República Dominicana)
Así es. El origen latino del adjetivo bueno es bonus, con una /o/ que, en español, diptonga al recibir el acento, pero que se mantiene si es inacentuada: bueno, pero bonachón, bondad. Esta alternancia fonética entre la vocal /o/ y el diptongo /ue/ sucede con muchos ejemplos, como puerta/portero, puedo/podía, muerte/mortal. Es lógico, por tanto, que el diminutivo de bueno fuera originalmente bonito, ya que la /o/, en este caso, no recibe el acento.
Sin embargo, así como ha sucedido en otros casos, en el término bonito el sufijo diminutivo perdió su sentido original y la palabra se convirtió en una unidad léxica con un significado distinto al de su raíz. Se produjo un proceso de lexicalización que le otorgó a ‘bonito’ (bello, hermoso) el derecho a una entrada propia en el diccionario, distinta a la de ‘bueno’ (honrado, virtuoso). En este caso, el diminutivo ha actuado como un recurso de formación de una nueva palabra.
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