22/8/2017 | EFE (El deber, Bolivia)
El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, hace un análisis de la evolución de la lengua
Iros, dijistes, andó… Son muchos los ejemplos de vulgarismos, de corrupciones del español que son «prevaricación idiomática» y que «retrata» a quien la utiliza: «o no le preocupa hablar bien o no tiene formación suficiente», asegura a EFE el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva.
La «prevaricación idiomática», recuerda, es un concepto que sirve para describir el uso de una palabra popular en lugar de una «erudita» o correcta cuando hay alguna semejanza fonética o de significado entre las dos, un error «debido a la ignorancia de quien la comete», como señala el filólogo George K.Zucker en su estudio sobre «Don Quijote».
No le asombra a Villanueva la polvareda que levantó la aceptación de «iros» como forma de imperativo de la segunda persona del plural del verbo ir, aunque la más recomendable, lo correcto, para ese tiempo sea «idos»: «todo lo que se refiere al léxico tiene mucho impacto, como también ocurre con la ortografía», asegura.
Pero de igual forma que existen, y se emplean, los vulgarismos hay muchos «dobletes» en el léxico y bastantes casos en los que dos formas son igualmente legítimas.
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