Llamar por el nombre de pila señala cercanía o subordinación. Hacerlo por el apellido indica respeto.
Roger Torrent, presidente del Parlamento catalán, se refirió dos veces en su discurso del martes a Soraya Sáenz de Santamaría como «vicepresidenta Soraya». A continuación, mencionó al último presidente de la Generalitat con la fórmula «el presidente Puigdemont».
En efecto, el nombre de pila de la vicepresidenta aparece de vez en cuando en el lenguaje público sin la compañía del apellido, mientras que se hace difícil imaginar una cita como «el presidente Mariano».
Esa asimetría en la manera de nombrar a mujeres y hombres ya tenía antecedentes.
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