24/7/2018 | Agencia EFE (España)
Dicen las malas lenguas, los lenguaraces y los mal hablados, que la vicepresidenta y ministra de la igualdad del gobierno español, Carmen Calvo, pidió a la RAE adecuar el lenguaje de la constitución española de forma que incluya a las mujeres.
«Representante de un gobierno socialista tenía que ser», dejó caer alguien. Y más encima mujer, pensó otro con la boca cerrada.
Un escritor prometió renunciar a la Academia si se aceptaba el pedido; personalmente preferiría que siga en la Academia y que la RAE no blinde sus puertas y su mente, se trata de bajar el puente levadizo y no de levantarlo.
Una filóloga, solidaria con su género expresó: «No creo que sea lo primero que hay que hacer, ni lo más urgente» (cierto, total las mujeres han esperado por tanto tiempo que unos siglos más o menos…) para añadir que «tal vez se pueda incorporar un poco de gracia al texto constitucional».
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