06/09/2016 | Piedad Villavicencio Bellolio (El Universo, Ecuador)
El adjetivo gentilicio «ecuatoriano» se originó del término antiguo ecuator(‘ecuador’), y este a su vez surgió del latín aequatoris (‘igualador’), que se relacionan con la línea imaginaria o equinoccial que divide el planeta Tierra en dos partes iguales.
¿Y cómo se forman los gentilicios? No hay reglas fijas para estructurar estos adjetivos, pero suelen construirse con el nombre del topónimo (su raíz) + sufijo.
Los sufijos que más se emplean para la formación de los gentilicios son ano: zamorano (de Zamora); aco: austriaco (de Austria); ata: keniata (de Kenia); eta: lisboeta (de Lisboa); ense: carchense (de Carchi); iense: parisiense (de París); eno: chileno (de Chile); ita: israelita (de Israel); eo: europeo (de Europa); ino: montalvino (de Montalvo); eco: guatemalteco (de Guatemala); és: cordobés (de Córdoba); í: iraní (de Irán); ín: mallorquín (de Mallorca); eño: guayaquileño (de Guayaquil); ero: habanero (de La Habana); o: ruso (de Rusia); ol: español (de España); uno: villavicenciuno (de Villavicencio); ejo: popayanejo, cañarejo, biblianejo (de Popayán, Cañar y Biblián). Estas últimas grafías alternan en el uso con el sufijo -ense: cañarense, biblianense.
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