La forma consanguinidad, con i antes de la terminación -dad, es preferible a consanguineidad, con ei, para aludir al parentesco por un antepasado común.
No obstante, los medios de comunicación utilizan con frecuencia la segunda variante: «Recuerda a los funcionarios que dirigen órganos y entes públicos la prohibición legal para que familiares en primer y segundo grado de consanguineidad trabajen en una misma institución», «Entre las irregularidades halladas, conforme a la investigación, están pagos a empresas intermediarias […], pagos a proveedores con lazos de consanguineidad con funcionarios de la entidad» o «En la República Dominicana existe un sistema mixto que permite la adquisición de la nacionalidad por consanguineidad y también por nacimiento».
Tal como aclara el Diccionario panhispánico de dudas, aunque consanguineidad es un sustantivo adecuadamente formado a partir de consanguíneo en referencia a individuos que son parientes debido a un antepasado común próximo, la voz consanguinidad es la tradicional y mayoritaria, por lo que se recomienda el uso de esta. No son apropiadas, en cambio, cosanguinidad ni cosanguineidad, sin n después de la o.
Por ello, en los ejemplos citados lo más recomendable habría sido escribir «Recuerda a los funcionarios que dirigen órganos y entes públicos la prohibición legal para que familiares en primer y segundo grado de consanguinidad trabajen en una misma institución», «Entre las irregularidades halladas, conforme a la investigación, están pagos a empresas intermediarias […], pagos a proveedores con lazos de consanguinidad con funcionarios de la entidad» y «En la República Dominicana existe un sistema mixto que permite la adquisición de la nacionalidad por consanguinidad y también por nacimiento».
Esta recomendación es adaptación de la publicada por Fundéu RAE el 2 de octubre: consanguinidad, mejor que consanguineidad