12/12/2025 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
«Contigo, pan y cebolla» reza un antiguo dicho que celebra el amor generoso, el que alimenta más allá de las privaciones. Dice el Diccionario de la lengua española que «lo usan los enamorados para ponderar su desinterés material», y que a veces tiene su zurrapita.
Como en este dicho, el sustantivo pan tiene un protagonismo muy especial en algunas expresiones y locuciones de nuestra lengua que nos hablan del sustento del cuerpo y también del sustento del alma.
Si la dieta a pan y cebolla resulta sin duda exigente, sin duda la supera aquella que te tiene a pan y agua.
Esta resuena no tanto a amor desinteresado como a castigo y penitencia. Infinitamente más ventajoso es estar a pan y mantel, o a pan y manteles, una situación parecida a lo que por aquí llamamos arrimarse; es decir, disfrutar de alojamiento y comida gratuitos en casa ajena.
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