4/9/2017 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Me alegro de que muchos de mis lectores me hayan escrito asegurándome que comparten mi admiración por la humilde longaniza. Algunos han echado de menos la referencia a la expresión amarrar los perros con longaniza. Aunque el objetivo no era agotar todas las expresiones en las que esta palabra interviene, precisamente la excluí porque la compartimos con muchos otras regiones de lengua española. Casi casi podría considerarse como parte del español general, aunque algunos amarran los perros y otros atan los perros con longaniza. La preferencia dominicana por el verbo amarrar quizás tenga alguna relación con su uso marinero, pero, en cualquier caso, es una expresión que usamos, como la define el DLE, ‘para alabar, casi siempre con ironía, la abundancia o la esplendidez’.
Los que admiramos y defendemos la riqueza de la lengua española por su variedad destacamos a menudo el aporte de la diferencia; la nota peculiar que caracteriza, ya sea una palabra, una acepción o una expresión, siempre nos enorgullece.
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