27/3/2018 | Patricio Tapia (La Tercera)
A veces se acusaba a la Academia Española de la Lengua de ir desfasada del ritmo de la época y a su Diccionario de ser anacrónico. Pero el mundo digital ha permitido que la Academia pueda estar al día en cuanto al uso de las palabras y que el recorrido de éstas para alcanzar el Diccionario se haya acelerado.
En 1780 se publicó la primera edición del Diccionario de la Real Academia Española y desde entonces han aparecido otras 23. La próxima, la 24ª, será plenamente digital. En espera de ella, se plantea revisarlo y ampliarlo anualmente. En diciembre de 2017 se presentó en la red el Diccionario 23.1, con más de tres mil nuevos términos, enmiendas y modificaciones. Se admitían términos de Internet, del habla común y latinoamericanismos, además de otras incorporaciones: la palabra “saga” como estirpe familiar, por ejemplo; o “aporofobia”, el odio a los pobres; o “acoso escolar”; o la tan mentada “posverdad”, definida como: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
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