9/4/2021 | Roberto Guzmán (Academia Dominicana de la Lengua, República Dominicana)
CHUCHO
“A Emilio lo torturaron con CHUCHOS y palos. . .”
Esta denominación para el látigo o fuete tiene larga historia en el español antillano. El Tesoro léxico canario-americano (2010:318) escribe que esta voz es americana, es decir, que apareció primero en América. De acuerdo con las noticias y documentos de que se dispone su origen se produjo en las islas antillanas. De ahí pasó a Venezuela.
De América la voz llegó luego a las Islas Canarias. Los autores del Tesoro antes mencionado entienden que la voz chucho deriva de chuzo. En opinión de quien escribe estas notas, quizás se produjo como una deformación del sonido de la letra zeta /z/ del español peninsular en la segunda sílaba de chuzo.
La primera noticia que se tiene de la voz chucho recogida en un diccionario es en el Diccionario de provincialismos de la isla de Cuba (1831). En ese lexicón se recoge la acepción, “Látigo que usa el jinete cuando monta a caballo”. Hay que reparar de inmediato en que la definición que ofrece esa obra está orientada por la situación en que se usa el instrumento.
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