La gastronomía es uno de los ámbitos más afectados por la invasión de extranjerismos, muchos con traducción en castellano. La Fundéu publica la lista de los más comunes, y nosotros diseccionamos los más de moda.
Bowl, burger, muffin, dip, foodie, frosting, healthy, smoothie… la cantidad de extranjerismos que inunda el mundo de la gastronomía es como para que le dé un apechusque al hispanista más insensible. A nada que sientas un poco de amor por la lengua castellana, duele comprobar el abuso persistente de palabras que nunca pisaron el diccionario de la RAE cuando lees un texto sobre comida o escuchas a alguien hablando de ella. La inmensa mayoría de los términos vienen del inglés, y por extraño que parezca, casi todos cuentan con una traducción razonable al español.
Consciente de esta invasión, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) publicó el martes una lista de anglicismos perfectamente prescindibles, con sus correspondientes traducciones al castellano. También promovió la participación a través de las redes con la etiqueta #yonolollamo, para que los propios hispanohablantes dieran rienda suelta a su furia contra expresiones como cake, fast food o bacon. Lo que nos lleva a hacernos la siguiente pregunta: ¿es el mundo de la gastronomía y de la comida en general especialmente dado a usar anglicismos o en todas partes cuecen broad beans?
«La llegada de extranjerismos se da en muchos ámbitos de nuestras vidas, aunque quizá en algunos con más intensidad que en otros», explica Javier Lascuráin, coordinador general de la Fundéu. «Los de la economía, la tecnología, la moda y la gastronomía son probablemente de los que más influencias reciben. En el de la gastronomía es curioso cómo ha ido cambiando el origen: solía ser el francés, mientras que ahora es el inglés».
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