8/7/2022 | Rafael Peralta Romero (El Nacional, República Dominicana)
Este artículo no es un tratado de teología, pero puede interesar a comentaristas y predicadores del Evangelio (católicos y protestantes), sobre todo a quienes, con la mayor simpleza, propalan que de Zaqueo, nombre propio de persona, ha derivado el sustantivo común saqueo, sinónimo de robo, y el verbo saquear.
La singular inferencia ha surgido a propósito de lo narrado por el evangelista Lucas acerca de un judío llamado Zaqueo que vivió en Jericó en los inicios de la era cristiana. Era un agente del Imperio Romano y cobraba impuestos al pueblo con suma vileza, conservando para él una tajada. Un día que andaba Jesús por esa ciudad, decidió el publicano verse con Él, se arrepintió y prometió “… dar a los pobres la mitad de lo que tengo, y si he engañado a alguien, le voy a devolver cuatro veces de lo que le haya quitado”. (Lucas 19, 1-10).
Zaqueo había sido un extorsionista del pueblo, pero no incurrió en saqueo, palabra que se define “acción y efecto de saquear”. Esta última tiene tres acepciones afines: “1. Dicho de los soldados: Apoderarse violentamente de lo que hallan en un lugar.2. Entrar en una plaza o lugar robando cuanto se halla”.
El Diccionario enciclopédico de la Biblia explica que el nombre Zaqueo guarda relación etimológica con Zacarías, pues ambos significan en hebreo “Yahveh recuerda”. (Herder, Barcelona, 1993).
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