La z final del adjetivo fugaz se convierte en c cuando se usa en plural.
Sin embargo, es frecuente encontrar ejemplos en los medios de comunicación en los que no se sigue esta pauta: «La costumbre impuesta por la repetitiva cotidianidad nos hace percibir eternidad en cosas fugases», «Cuando hay amores fugases, el silencio prevalece en el reencuentro» o «La música de Joaquín Sabina y Soda Estero pasaban como estrellas fugases por los oídos de los caminantes».
Como establece la Ortografía de la lengua española, la z de las formas de plural de los adjetivos terminados en -az, que designan cualidades, se transforma en c por ir seguida de e: fugaz/fugaces, audaz/audaces, capaz/capaces, voraz/voraces.
Teniendo esto en cuenta, en los ejemplos citados lo adecuado ortográficamente habría sido escribir «La costumbre impuesta por la repetitiva cotidianidad nos hace percibir eternidad en cosas fugaces», «Cuando hay amores fugaces, el silencio prevalece en el reencuentro» y «La música de Joaquín Sabina y Soda Stereo pasaban como estrellas fugaces por los oídos de los caminantes».