25/9/2020 | María José Rincón (Diario Libre, República Dominicana)
Los nombres propios no se quejan de su escaso protagonismo en el diccionario. Saben que se lo tienen merecido por dedicarse solo a individuos particulares y por carecer de significado léxico. No obstante, las entradas del Diccionario del español dominicano están plagadas de personajes.
Desconocemos (al menos yo) quién fue Cuca, pero sabemos que algo pasado de moda es de cuando Cuca bailaba. Tampoco nos han presentado nunca a Blas (al menos a mí), y, sin embargo, nos acordamos de él cuando alguien desaparece en cuanto se termina la comida: como Blas, ya comiste, ya te vas. No sé si tienen el gusto de conocer personalmente a Linda, pero, si no ven a Linda, puede significar que no han conseguido algo que está en juego, que no han comido o que no han mantenido relaciones sexuales.
Más en diariolibre.com