19/09/2016 | Álex Grijelmo (El País, España)
La expresión parece ser un derivado burlesco de “piel”, y no guarda ninguna relación etimológica con las redondeces
El canal Discovery ha emitido un documental estadounidense de telerrealidad que muestra la lucha por la supervivencia de una mujer y un hombre a los que se deposita desnudos en una peligrosa isla desierta. El título original, Naked and afraid (desnudos y asustados), se ha traducido en España como Aventura en pelotas. Una vulgaridad, sí, que sin embargo procede de un uso culto… pero en singular: “en pelota”.
Esta última locución ya la recogía el diccionario de Francisco Sobrino en 1705 con el significado de “en cueros”. Y la primera obra de la Academia la incorporó poco después (1737) como “modo adverbial que vale ‘totalmente desnudo o en cueros”.
Tal uso de “en pelota” parece ser un derivado burlesco de “piel” (pellis en latín; Lázaro Carreter, El dardo en la palabra, 1997; página 69), y desde luego no guarda ninguna relación etimológica con ciertas formas del cuerpo humano.
A Sancho Panza le quitaron el gabán y lo dejaron “en pelota” (El Quijote contiene cinco usos similares); y a esa misma expresión en singular acudieron Lope, Góngora o Quevedo. Hasta nuestros días ha llegado con la ayuda adicional de autores cuidadosos como Manuel Longares, Fernando Vallejo, Vázquez Montalbán…
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