9/8/2019 | David Gallego (FundéuBBVA)
Para los amantes de los deportes, los veranos pueden hacerse largos y aburridos. Este año, sin Eurocopa, Mundial ni Juegos Olímpicos, es una ocasión magnífica para seguir los Juegos Panamericanos Lima 2019 y disfrutar con la riqueza léxica de nuestro idioma.
Beberse las crónicas deportivas redactadas por los periodistas hispanoamericanos resulta, para un aficionado español, tan refrescante como tomar un tinto de verano en una terracita. Una lectura atenta de los artículos de nuestros compañeros peruanos, cubanos o colombianos, entre otros, nos permite redescubrir vocablos y paladear matices: ¿en España se logra la clasificación para un torneo? ¡Pues en México o Argentina consiguen el boleto!
Una vez que se consigue participar, la atención se centra en cuándo se cumplirán los Juegos Panamericanos. No sé si los españoles seremos menos cumplidores y más juerguistas, pero lo cierto es que en este contexto aquí se diría se celebrarán. Conocidas las fechas, toca consultar el calendario, sustantivo que alterna con cronograma o, directamente, con el anglicismo fixture.
¿Y qué hacen los anfitriones peruanos en vez de prepararse para este evento? Ellos se alistan. Claro que, como tantas veces sucede, aquí los disidentes lingüísticos somos los españoles, pues este uso de alistarse con el significado de ‘prepararse para emprender una actividad’ es propio, según indica el Diccionario de americanismos, de Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Paragua, Cuba, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay. Casi nada.
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