23/12/2025 | Orlando Alba (Acento, República Dominicana)
Los nombres propios están sometidos a las mismas reglas de ortografía que las demás palabras de la lengua. Dichas normas se aplican tanto al uso de las letras como a la colocación de la tilde. Por ejemplo, el nombre Héctor tiene que escribirse con h inicial y con el acento gráfico sobre la /e/ por tratarse de una palabra llana terminada en /r/, como azúcar o cáncer. Lo mismo hay que indicar con respecto a Beatriz, Cristóbal, Lucía, Mercedes, Álvarez, González, Martínez, Narváez, Salazar, Venezuela, Haití, Samaná, Higüey y a los miles y miles de nombres propios de persona y de lugar que existen en la lengua. Cometería un error ortográfico quien escribiera Beatriz con v inicial o con s final, y Cristóbal, González o Álvarez sin la tilde correspondiente. Es oportuna la ocasión para recordar que las letras mayúsculas también deben llevar la tilde si les toca según las reglas: Ángela, Úrsula y, por supuesto, LINGÜÍSTICA, AMÉRICA.
Ahora bien, con relación a los nombres propios de otras lenguas que no han sido adaptados al español, la Academia establece que se escribirán como en la lengua originaria y, por tanto, no se sujetan a las reglas de la ortografía española. Pueden ser nombres propios de persona (Richard, Christopher, Katherine) o geográficos (Frankfurt, Washington). Cuando el nombre extranjero ha sido integrado fonética y ortográficamente al español, entonces debe escribirse según las reglas vigentes. Algunos topónimos conocidos son Burdeos, Filadelfia, Londres, Milán y Turín, que se escriben de forma diferente a la original: Bordeaux, Philadelphia, London, Milano y Torino, respectivamente.
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