23/9/2022 | Piedad Villavicencio Bellolio (El Universo, Ecuador)
En los diccionarios de siglos pasados, los nombres de cargos públicos solo constaban con género masculino, ya que por tradición esas funciones eran ejercidas únicamente por hombres. El femenino se usaba para referirse a la esposa del dignatario que desempeñaba algún cargo. Y así en el siglo XVII se usaba la palabra presidenta para nombrar a la esposa del presidente. No obstante, en aquellos tiempos la voz presidenta también tenía la acepción de ‘mujer que manda y preside en alguna comunidad’.
El uso del masculino también predominaba para los títulos y ocupaciones; por lo tanto una doctora era la mujer del doctor; la médica, la mujer del médico; la alcaldesa, la mujer del alcalde; una intendenta, la mujer del intendente. Pero como la presencia de la mujer se fue imponiendo en diferentes ámbitos profesionales, los diccionarios incluyeron el género femenino en las acepciones de muchos títulos y cargos.
Más en eluniverso.com